Según Charles Darwin, la música se inventó en la prehistoria como instrumento para encontrar pareja sexual y así embaucar al individuo del sexo opuesto, mientras que para el Doctor Chris Loersh de la Universidad de Colorado, fue inventada para controlar y aglutinar a las masas sociales de la prehistoria, así como para favorecer la integración de individuos en el grupo. En ambas definiciones encontramos un factor común: la música se creó para influir, primero sobre un individuo, luego sobre todos ellos. En verdad, si nos paramos a reflexionar, esta idea tiene todo el sentido del mundo, pues, según el tipo de música que escuchamos, nos inclinamos hacia un lado u otro a la hora de formar nuestra personalidad y nuestras opiniones. Un ejemplo muy claro de influencia puede ser por ejemplo, el heavy metal , pues quien compone una canción de este género suele ser un autor rebelde, extrovertido y luchador, y con esta música, lo que pretende es que nos sumemos a su estilo de vida, y, la verdad, si la primera vez que la escuchas te gusta, ¡no hay vuelta atrás!.
Humanos prehistóricos buscando pareja mediante la música. Foto de vix.com |
La música al largo de la historia ha mantenido este objetivo, pero hay épocas en las que los intentos de influir convivieron con otras funciones. En Grecia, la música era un instrumento para el ocio, para divertirse; en la Edad Media, era el medio de ocio para los nobles y clérigos, pero también la mejor forma de transmitir el saber y la información al pueblo llano, quien en su mayoría era analfabeto y no sabía leer, por tanto aprendía y se informaba gracias a las canciones recitadas por juglares. En la Edad Moderna, la música vivió su máximo esplendor en Europa Central y Occidental, pues todos los artistas la utilizaban para buscar la belleza, la perfección, lo sublime, ya que gracias a la nobleza, este arte se había convertido en el centro de la cultura y el ocio europeo. Llegado el siglo XIX y XX, la música volvió a tener la persuasión por objetivo.
Ópera de Viena, lugar de esplendor de la música en la Edad Moderna. Foto de wien.info |
Entre finales del siglo XVIII y mediados del siglo XX, convergieron en Europa los cambios fronterizos y el sentimiento de nación de los diferentes pueblos europeos, y fue en éste último donde la música hizo un gran papel. La Marsellesa, escrita en 1792, es un claro ejemplo de muestra de los sentimientos del pueblo francés en contra de la tiranía y la opresión y la defensa de la Patria; pues bien, sin la potencia de su letra y su melodía, que removió los corazones de los franceses, muchos ciudadanos no hubieran salido a las calles a luchar. Otro ejemplo fue La Internacional, la famosa composición utilizada por los partidos socialistas y los gobiernos comunistas para hacer que las masas sociales se unieran y expandieran la lucha obrera; influir sobre la gente para llegar a un fin común, bueno o malo, más o menos duradero, pero ambas lo consiguieron.
La Internacional. Los obreros se levantan. Foto de desdeelotroladodelcuadro.blogspot.com |
Actualmente, la música está muy presente en el ocio y la fiesta, aunque continua influyendo mucho, pero a través de la publicidad y el cine. Personalmente, el anuncio más claro de influencia musical para mí es el anuncio de Coca-Cola con la canción Taste the feeling, del DJ sueco Avicii y el australiano Conrad Sewell. Es una mezcla de imágenes frescas y dinámicas, aunque del día a día, con una música que te hace vibrar y emocionarte, hasta el punto que no puedes esperar para ir al frigorífico y coger una Coca-Cola. ¿Cuánto habrá aumentado la marca sus ventas gracias a este anuncio? Pues, de momento, su facturación no hace más que aumentar. Todo un triunfo para la compañía; ha hecho una buena mezcla de música e imágenes y nos ha convencido, así de sencillo.
Taste the feeling, Avicii y Conrad Sewell
Coca-Cola 2016.